El consumo privado desciende 2,4%, la inversión cae 0,8%, las exportaciones se desploman 19,4%, mientras que el gasto del Gobierno aumenta 3,1%.
La manufactura desciende 3,7%, comercio 6%, construcción 6,4%, la actividad petrolera 2%, y electricidad y agua 8,8%.
A flote se mantienen las áreas de comunicaciones con un salto de 6,5%, servicios producidos por el Gobierno con un incremento de 2,9% y los servicios comunitarios con un avance de 0,6%.
El BCV indica que "entre las causas que explican el descenso puntual del PIB se encuentran factores coyunturales, como la continuidad del plan de ahorro eléctrico", mientras que "la instrumentación del Sitme favoreció el suministro de divisas a los agentes económicos, lo cual contribuyó a la desaceleración de la caída".
La tendencia para los próximos trimestres apunta a un período de bajo crecimiento y alta inflación.
Cifras dudosas
Algunos economistas y analistas se mostraron contrariados frente a las cifras emitidas por el BCV estos calculaban que la economía se contraería por lo menos un 4%, dada las condiciones que se escenificaron en el país.
Las remuneraciones laborales decrecieron en el 8,7 %, mientras que las cifras oficiales destacan que el consumo se vino a menos en el 2,4%, lo que significa que no existe una proporción natural, ya que sin más y mejores ingresos no hay consumo y por ende cae la producción. El sector manufacturero disminuyó 3,6% en el segundo trimestre, pero en el primer trimestre la contracción fue de 9,9%.
Se menciona también el SITME, pero este inició el 1 de junio de este año, por lo cual sus operaciones no tuvieron una mayor incidencia, ya que sus operaciones en dólares eran pequeñas frente a la gran demanda de divisas que requería sobre todo el sector privado.
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